Cumpleaños… ¿Feliz?
Llegas solo a Rotterdam para trabajar, conoces a pocas personas y tienes la fortuna de incorporarte a una empresa internacional donde hay colegas de diversas nacionalidades dispuestos a forjar nuevas amistades. Por supuesto, también hay colegas holandeses que disfrutan de la compañía de extranjeros.
Un día inesperadamente, una colega holandesa decide invitarte a su fiesta de cumpleaños. La celebración tiene lugar un sábado por la tarde, y piensas: ¡qué alegría, una fiesta! Como no tienes muchos planes, decides asistir a la fiesta y ver qué sucede. La fiesta comenzaría a las cuatro de la tarde; un poco temprano para el gusto español, pero bueno.
Llegas pasadas las cinco para no ser el primer invitado y te encuentras con unas quince personas sentadas en círculo en la mesa del salón (más tarde descubrirás que los extranjeros lo llaman “The Circle of Death” —El Círculo de la Muerte). Hay banderitas colgadas del techo, ramos de flores y regalos esparcidos por la mesa.
La anfitriona te pregunta qué deseas beber, y, por supuesto, piensas: “¿hay fiesta, verdad?” ¿Qué mejor para comenzar que algo ligero?” Así que pides una cerveza. Con el rabillo del ojo, ves que las cabezas de tu lado izquierdo giran en tu dirección. La anfitriona te pregunta de nuevo, con un tono más amable, si prefieres café o té. Te sientes un poco incómodo ante tantas miradas inquisitivas y optas por un té.
Antes de que la anfitriona se dirija a la cocina a preparar el brebaje, te pregunta en un susurro si deseas tarta de manzana o tarta de chocolate. Con un poco de suerte, tal vez haya tres opciones. La verdad es que no tienes antojo de tarta.
The Circle of Death
Ante la seriedad en los rostros y los murmullos en voz baja, terminas sentándote en el círculo y observando qué sucede. Ahí comienza la tortura. No hay conversaciones espontáneas; todo sigue un guion: “Hola, me llamo tal”, apretón de manos; “Hola, soy cuál”, otro apretón de manos, sin entusiasmo… ¿De dónde eres? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Hablas holandés? ¿Dónde trabajas?
Llega más gente, se repite la palabra gefeliciteerd, no solo a la persona que cumple años, sino a todos los miembros de su familia. Vuelves a responder al mismo interrogatorio anterior.
Tras una hora preguntándote cuándo llegará la acción, comienzan a aparecer cuencos de cacahuetes, patatas fritas, tomates, aceitunas, gusanitos, pepinillos, uvas, zanahorias, pimientos rojos, trozos de queso, trozos de salchicha y algún que otro aperitivo adquirido en el Albert Heijn o en el Lidl (dependiendo del supermercado más cercano a la fiesta).
Sigue llegando gente de diferentes localidades del país: la tía, el cuñado, los sobrinos que solo ven un par de veces al año. La misma rutina: café o té, un recorrido alrededor del círculo, dando la mano y presentándose a los demás. El círculo permanece intacto; si te toca la abuela de la festejada al lado, estás jodido. No hay manera de escapar.
Son más de las seis y media y aparecen el vino y la cerveza. Si pides más de tres cervezas, empiezan los comentarios: ¿Bebes muy rápido, no? A eso de las ocho y poco, y tras unas cervezas, comienza a entrarte el hambre. Le preguntas a la anfitriona si ha preparado algo de cenar, y ella te responde con una sonrisa que eso es lo que hay, que no ha preparado nada.
La música brilla por su ausencia, las conversaciones son aburridas y no se vislumbra un plan. Tras un adiós tímido, decides marcharte a cenar. Como sea un poco tarde, tendrás que recurrir a fritangas en un establecimiento turco de comida rápida, ya que los restaurantes funcionan por reserva y estarán llenos a partir de las siete de la tarde.
Terminas en un bar-restaurante-discoteca hasta altas horas, reflexionando sobre el “menudo fiestón de cumpleaños” que has vivido.
Esta fue mi primera fiesta de cumpleaños en los Países Bajos; hay celebraciones más animadas dependiendo de la persona que prepare la fiesta.
Mi consejo: si te invitan a una fiesta de cumpleaños y al llegar ves sillas en círculo alrededor de una mesa, busca una excusa convincente para irte temprano.
Cumpleaños de extranjero en Rotterdam
Recientemente, asistí al cumpleaños de un americano amigo de un amigo. Había chorizos, jamón, fuet, queso, alioli, pan y otros manjares.
Había una bandeja para los invitados con hachís, pastillas y otras sustancias. En el salón se montó una mini discoteca. Los vecinos, en lugar de protestar por el ruido, se unieron a la fiesta.
Grupos de gente de lo más variopinta recorrían el pequeño apartamento de barrio, iluminado por luces de neón. Era imposible acceder al baño, pues siempre había grupos de gente empolvándose la nariz.
La nevera rebosaba vino y alcohol, y la terraza, llena de cajas de cerveza, estaba ocupada por gente fumando sustancias legales y bailando. ¡Eso sí que era una verdadera fiesta! A eso de las cuatro de la mañana, me fui bastante embriagado y la celebración continuaba.
Cumpleaños tradicional en los Países Bajos
En los Países Bajos, los cumpleaños son una celebración importante y se celebran de muchas maneras diferentes. La gente suele invitar a amigos y familiares a su hogar para conmemorar el cumpleaños con comida y bebida. A menudo se sirve pastel y se canta “feliz cumpleaños” en holandés (“Lang zal ze leven” o “Hieperdepiep hoera”). También es común que la persona que cumple años reciba regalos de sus invitados.
Asimismo, es costumbre que la persona que celebra su cumpleaños ofrezca algo dulce o salado a sus amigos y familiares para comer. Esto se llama “traktatie” y es una forma de agradecer a los demás por venir a celebrar. Los niños suelen llevar estas traktaties a la escuela y, la mayoría de las veces, las preparan ellos mismos. He visto traktaties increíbles. En el trabajo también es típico que quien celebra el cumpleaños lleve tarta o pasteles para sus colegas.
Cosas que verás en un cumpleaños neerlandés: Sentarse en círculo con los invitados. Servir té y pasteles. Felicitar a todos los presentes. Abrir los regalos delante de todos los visitantes. Llamarse Abraham o Sara al cumplir 50 años. Poner calendarios con los cumpleaños de amigos y familiares en el baño.
Algunas palabras relevantes para una fiesta de cumpleaños holandesa son: Gefeliciteerd (felicidades). Taart (tarta). Kringverjaardag (fiesta de cumpleaños en círculo). Koffie (café). Thee (té). Hapjes (aperitivos). Drankjes (bebidas). Cadeau (regalo). Feesthoedje (sombrero de fiesta).
Llevo unos años sin sentarme en el Círculo de la Muerte, al parecer la nueva generación de holandeses está cambiando. ¡Aleluya!