Según me comentaron los empleados, por ahora solo abrirá para cenas con reserva, y más adelante se sumará el bar de cócteles.

Este restaurante /cocktail bar está ubicado a 190 metros de altura, ofreciendo unas vistas únicas de Rotterdam. Se encuentra en los pisos 57 y 58 de la torre De Zalmhaven, y se llama Celest.

Hans Pfaall

Celest tiene una curiosa inspiración en una historia corta de Edgar Allan Poe, publicada en 1835, titulada The Unparalleled Adventure of One Hans Pfaall. Esta es una de las primeras historias de ciencia ficción de Edgar Allan Poe, publicada en 1835. La trama sigue a Hans Pfaall, un hombre pequeño y excéntrico de Rotterdam que se ve involucrado en una aventura surrealista y fantástica.

La historia comienza cuando un hombre llamado Hans Pfaall, al parecer huyendo de sus acreedores, decide escapar de la Tierra de una manera extremadamente inusual: construye un globo aerostático gigantesco para viajar a la luna. Para financiar su escape, Pfaall distribuye varios manuscritos por Rotterdam, los cuales describen sus planes de escape y lo que espera encontrar en su viaje. A través de estos escritos, nos enteramos de su aventura y sus esperanzas de huir de las deudas que lo persiguen.

El viaje de Pfaall es increíblemente largo, tomando 19 días para llegar a la luna. Durante su travesía, describe la Tierra desde el espacio, y los fenómenos y paisajes que va observando desde su globo. No obstante, nunca describe la luna en detalle. Esto se debe a que, al final de su relato, nos enteramos de que Pfaall está en medio de una negociación con el alcalde de Rotterdam para obtener su indulto por varios asesinatos cometidos, y ha decidido mantener la luna como un misterio para que su indulto sea aceptado.

La historia concluye con un giro sorprendente: el alcalde concede el indulto, pero tras la “muerte” de Pfaall, nunca se sabe qué ocurrió con él, aunque algunos sugieren que él podría ser, en realidad, un habitante de la luna. El final deja en el aire la posibilidad de que la historia sea un engaño o una fantasía.

El restaurante

La empresa Magnicity, con amplia experiencia en este tipo de proyectos, se encargará de explotar los pisos 57 y 58 del rascacielos. Magnicity también gestiona lugares emblemáticos como la torre Euromast en Rotterdam y observatorios internacionales como el Paris Montparnasse Observatory en París, la Berliner Fernsehturm en Berlín y el 360 Chicago Observation Deck en Chicago.

La decoración de Celest se inspira en la fascinante historia de Poe. El interior ha sido diseñado por Doepel Strijkers Architecten. Y debo decir que el lugar realmente merece una visita. Las vistas de Rotterdam, en todas direcciones, son espectaculares.

En el primer piso, hay una zona de relajación con un bar y una cabina de DJ. El elemento principal es una luna gigantesca suspendida del techo, que puede ser controlada mediante una esfera. Esta luna se ilumina para mostrar el mapa lunar y sus principales puntos de interés.

En el segundo piso, se encuentra la zona de restaurante, decorada con muy buen gusto. Además, hay cubículos privados para comer. Y, por supuesto, aquí está la cocina.

Y no puedo olvidarme de los aseos… ¡sí, los aseos! También merecen una visita. ¡Nunca imaginé que un baño podría ser tan atractivo!

Tras echar un vistazo al menú, me he dado cuenta de que este sitio no está precisamente dirigido a la clase trabajadora, pero aún así, ¡vale la pena visitarlo! Quizás proponga una cena de empresa allí. ¡Quién sabe!

Desde su página web ya se pueden hacer reservas. Así que, si tienes ganas de disfrutar de vistas impresionantes, cócteles innovadores y una experiencia única, ya tienes tu plan.

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Esto es lo que nos dicen las estadísticas sobre el año 2024 en los Países Bajos

Número de días cálidos: 100, la norma desde 2010 a 2020  es de 85 a 93 durante el año (el récord es de 132 de 2018).

El primer día cálido fue el 7 de abril, la norma es el 12 de abril

Número de días tropicales : 4, la norma desde 2010 a 2020 es de 3,9 a 5 días tropicales por año.

La temperatura máxima más alta: 30,9°, la norma 33,1° (récord de 2019: 37,5°)

Ves estos números y piensas que no está mal, pero después de estar dos días de vuelta te da la sensación que nunca ha existido la estación estival. El comentario entre las residentes es siempre el mismo: ya está, otra vez invierno.

Es 1 de Octubre y lleva lloviendo no sé cuantos días. Todos los días voy a trabajar en metro y desde la estación de metro voy en bicicleta a la oficina donde trabajo. Son unos 3 kilómetros, pero por alguna razón del destino el viento siempre viene en mi contra. Da igual que vaya a la oficina que vaya de vuelta  a la estación del metro. Es increíble.

Lleva todo el día lloviendo, y por primera vez he tenido que ponerme el famoso traje de lluvia (pantalones y cazadora de un material que como vayas muy rápido llegas a la oficina sudando), pero ayuda a que por lo menos no llegues empapado.

Hoy he visto en el metro a un tipo poniéndose también una especie de protector de zapatos para el agua. Lo he buscado en internet y he encontrado estos. Igual hay que hacerse con unos. La temperatura ha bajado drásticamente, y finalmente también me he hecho con unos guantes de cuero.

Otra paradoja del destino, todos los inviernos tengo que comprar unos guantes nuevos. Siempre me acabo olvidando uno por el metro, o por algún bar de la zona. No es raro encontrarse en el metro algún que otro guante que se ha divorciado de su pareja, pero claro, no vas a ir con un guante de cada color.

Esto va deprisa, en cuando llega octubre, ya se empiezan a oír comentarios sobre Sinter Klaas, los oliebollen, y hasta sobre la Navidad. Los españoles se apresuran a comprar lotería de Navidad porque ya nadie volverá a su tierra hasta las Navidades, y claro, como le toque la lotería a tus colegas y tú te quedes a dos velas, duele.

Empiezan a asomar algunas tímidas luces de Navidades en algunas ventanas. Vas a trabajar y es de noche, vuelves de trabajar y es de noche otra vez.

Ya no apetece echar esas carreras que echabas por el parque hasta hace un par de semanas. El suelo está mojado, nunca sabes fijo si va a llover o no, y el frío aprieta. Las aplicaciones de predicción de lluvia, unos días aciertan y otros no.

Tengo el jardín lleno de hojas, solo lo he barrido hace un par de semanas. De aquí a enero todavía me queda barrerlo al menos seis o siete veces si no quiero resbalar cada vez que me aventure a salir al jardín.

Llegan los fines de semana, con un poco de suerte asoma el astro rey, pero ya no osas a sentarte en esas terrazas de Witte de Withstraat llenas de gentes ansiosas de fiesta. Hay pocas opciones; meterte dentro de los bares, quedarte en casa, o echarte una cena con los colegas en sus casas. Yo soy de calle, y prefiero andar por ahí conociendo gente nueva.

Hasta ir al supermercado da pereza, y no te digo nada sobre ir de compras al centro de Rotterdam.

Bueno, hemos decidido vivir en los Países Bajos y esto es lo que hay desde octubre a mediados de marzo con un poco de suerte.

Tras tantos años aquí aún te viene de vez en cuando la morriña de la tierra, la vida en la calle y otras cosas. A ver cuantos españoles se vuelven este año que ya no lo soportan más. Y a ver quién se viene nuevo. Por cierto, al que viene, no te olvides la bufanda, el gorro y los guantes de repuesto.

¡El invierno en Rotterdam es duro de llevar!

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Viaje al Interior del Búnker

Para entrar al búnker, se desciende por unas escaleras y se pasan dos puertas metálicas robustas. El interior tiene capacidad para 50 personas, que se acomodaban en pequeños bancos para dos personas, con camas básicas encima. Había un pequeño compartimento cubierto solo por una cortina, y con un cubo grande para hacer las necesidades. Cuando el cubo se llenaba, debía vaciarse en el exterior.

Sobre las mesas había latas con raciones de comida de emergencia y provisiones de agua que se reponían mensualmente. Después de 48 horas, el peligro se consideraba pasado y se podía abandonar el refugio. También había velas para casos de apagón.

El refugio estaba diseñado para personas que se encontraran en la zona y no pudieran llegar a su casa durante una emergencia. Durante esas 48 horas, había que girar una gran manivela para purificar el aire, una tarea exigente. El aire exterior pasaba por filtros de arena y luego entraba en el recinto por un tubo. En caso de amenazas químicas o biológicas, se conectaba una gran máscara antigás para proporcionar aire fresco, creando una especie de burbuja para mantener fuera partículas o contaminantes.

La Red de Refugios en Rotterdam

Además del búnker en Westzeedijk, Rotterdam tenía 17 refugios similares en diferentes partes de la ciudad que fueron construidos durante los años de la Guerra Fría en previsión de un posible ataque de la Unión Soviética.

Casi todas las estaciones de metro de la RET también estaban preparadas como refugios. Las paredes contenían compartimentos con inodoros, suministros de comida y kits para construir camas, mientras que los vagones del tren servían como asientos. La mayoría de estos refugios fueron cerrados, demolidos o reconvertidos después de la caída del Telón de Acero y el colapso de la Unión Soviética en 1989.

Aún queda un refugio en Schiebroek, intacto y con capacidad para unas 100 personas. Parte de él es utilizado por un vendedor de flores para almacenar flores, y otra parte ha sido restaurada a su estado original.

Estos refugios estaban destinados al público, y se esperaba que cada persona preparara su propio refugio en casa. El Servicio de Protección Civil publicó un manual en la década de 1960 sobre cómo construir un refugio en casa. Por ejemplo, en caso de un ataque aéreo, se recomendaba sellar todas las puertas y ventanas con sacos de arena.

Los refugios más grandes incluían estaciones de metro, donde podían refugiarse hasta 15,000 personas. La Estación Central y el área de Leuvehaven tenían sus propios refugios. En algunas estaciones de metro, todavía se pueden ver restos de los refugios originales.

Tras pasar media hora en esta pequeña habitación (aproximadamente 2,5 por 5 metros), sin privacidad y sin sitio para moverse, espero que nunca tengamos que usar estos refugios. Si sufres de claustrofobia, las 48 horas podrían ser eternas.

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Origen e Inspiración del RIF010

El RIF010 es un proyecto reciente que abrió sus puertas en 2024 y ha transformado la forma en que los habitantes de Rotterdam interactúan con el agua. La idea detrás de esta innovadora instalación surgió de la necesidad de revitalizar algunas de las áreas portuarias de la ciudad y de acercar los deportes acuáticos a la población urbana. Inspirado en otras iniciativas europeas, el RIF010 combina tecnología de última generación con un diseño pensado para el ocio y la sostenibilidad.

La piscina de olas fue diseñada para ser mucho más que un espacio de recreo: es un símbolo del enfoque de Rotterdam hacia un urbanismo sostenible y socialmente inclusivo. Utilizando materiales reciclados y tecnología eficiente en el uso de agua y energía, este proyecto no solo es un lugar de entretenimiento, sino también un modelo de diseño urbano responsable.

Diseño y Especificaciones del RIF010

El RIF010 está estratégicamente ubicado en el Steigersgracht, en pleno centro de Rotterdam, aprovechando la infraestructura existente en la zona portuaria. Con medidas aproximadas de 30 metros de largo por 20 metros de ancho y una profundidad que varía entre 1,2 y 2 metros, la piscina es ideal para una variedad de deportes acuáticos. Su tecnología avanzada permite generar olas de hasta 1,5 metros de altura, ajustables según el nivel y preferencia de los usuarios.

Actividades y Experiencias en el RIF010

El RIF010 ofrece una amplia gama de actividades para todos los niveles, desde principiantes hasta expertos en deportes acuáticos:

Surf Urbano: La piscina de olas permite disfrutar del surf sin importar la temporada o las condiciones meteorológicas. Las olas se ajustan en tamaño e intensidad para adaptarse tanto a principiantes como a surfistas experimentados.

Paddle Surf y Bodyboard: Además del surf, los visitantes pueden practicar paddle surf y bodyboard en un entorno seguro y controlado, perfecto para quienes desean una experiencia acuática más relajada.

Clases y Entrenamientos: Se ofrecen clases de surf y sesiones de entrenamiento personalizadas para quienes desean aprender o mejorar sus habilidades en los deportes acuáticos, guiados por instructores profesionales.

Eventos y Competiciones: Regularmente, el RIF010 organiza eventos, demostraciones y competiciones que atraen tanto a surfistas locales como a espectadores que disfrutan del espectáculo.

RIF010 en Invierno

Una de las grandes ventajas del RIF010 es su capacidad para operar durante todo el año, incluidos los meses de invierno. La piscina cuenta con sistemas de calefacción que mantienen el agua a una temperatura agradable de entre 20 y 25 grados Celsius, lo que permite a los surfistas disfrutar de las olas sin preocuparse por el frío.

Las instalaciones también están climatizadas, con vestuarios y duchas que ofrecen un ambiente cálido y confortable. Además, se dispone de trajes de neopreno más gruesos, especialmente diseñados para las condiciones invernales, y estructuras que protegen la piscina del viento y la lluvia, creando un entorno óptimo incluso en los días más fríos.

Horarios y Servicios de Alquiler

El complejo del RIF010 tiene horarios amplios para acomodar a todos los visitantes, ya sea antes o después de la jornada laboral o durante los fines de semana.

Horarios de Apertura:

De lunes a viernes: 08:00 – 22:00

Sábados y domingos: 09:00 – 21:00

Equipo Disponible para Alquilar:

Tablas de Surf y Bodyboard: Varias opciones en diferentes tamaños para todos los niveles de habilidad.

Kayaks y Paddleboards: Perfectos para una experiencia más tranquila en el agua.

Trajes de Neopreno: Disponibles en diferentes grosores, ideales para todas las estaciones, especialmente en invierno.

Chalecos Salvavidas: Para garantizar la seguridad de todos, especialmente los principiantes.

Ubicación y Accesibilidad

El RIF010 se encuentra en el canal Steigersgracht, cerca de la estación de metro y tren Blaak. Es fácilmente accesible en transporte público y bicicleta.

Dirección: Steigersgracht 1, 3011 ET, Rotterdam, Países Bajos. Visita su página en este enlace.

El RIF010 no es solo una piscina de olas; es un espacio multifuncional que redefine la relación entre la ciudad y el agua. Con una oferta que va más allá del deporte, incluye experiencias sociales y eventos comunitarios que fomentan un estilo de vida activo y conectado.

Proyectos Similares en Otras Ciudades

El RIF010 no es único en su tipo. Varias ciudades en Europa y el mundo han desarrollado instalaciones similares que acercan los deportes acuáticos a los entornos urbanos.

Múnich, Alemania – Eisbach Wave: Una ola natural en el Jardín Inglés que se ha convertido en un icono del surf urbano.

Berlín, Alemania – Wellenwerk: Una piscina de olas cubierta que ofrece surf durante todo el año con tecnología avanzada.

Zúrich, Suiza – Urbansurf: Ubicada en el distrito de Gerold Areal, ofrece una experiencia de surf urbana con una piscina de olas ajustable.

Bristol, Reino Unido – The Wave: Este complejo de surf utiliza tecnología de vanguardia para crear olas adaptadas a todos los niveles.

París, Francia – La Vague Grand Paris: En desarrollo, este proyecto promete llevar el surf urbano a las afueras de París utilizando la tecnología Wavegarden.

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Si quiere ver el futuro de Holanda, visite Rotterdam. A pie de calle, oirá docenas de idiomas y se encontrará con gente de casi todos los rincones del mundo. Mire hacia arriba y verá edificios que parecen sacados de una de las películas de Blade Runner.

Más moderna y más vanguardista que su famosa homóloga del norte, Rotterdam es una metrópolis con el corazón y el alma retorciéndose perpetuamente desde el presente hacia lo que venga después. En Rotterdam, la diversidad le espera a la vuelta de cada esquina y en una escena culinaria dispar que sirve de todo, desde apetitosos platos caribeños hasta fideos chinos enrollados a mano.

Esta es la ciudad donde Ahmed Aboutaleb fue nombrado primer alcalde musulmán de Europa Occidental. También es donde se encuentra el Papá Noel del artista estadounidense Paul McCarthy, triunfante en una plaza pública.

Más conocida por su apodo, “Kabouter Buttplug”, la alegre escultura causó un gran revuelo cuando llegó a la ciudad en los años 2000. Muchos lugareños se echaron las manos a la cabeza, pero desde entonces se ha convertido en el icono del barrio.

Este descarado, polémico y alegre San Nicolás refleja, al menos en parte, el espíritu de Rotterdam. En muchos sentidos, la ciudad sigue siendo un burgo de obreros. Rotterdam alberga el mayor puerto de Europa y algunos de los aficionados al fútbol más acérrimos del continente. Pero, para disgusto de los residentes de toda la vida, el aburguesamiento ha empezado a asomar la cabeza, quizá un efecto secundario inevitable de tanto futurismo.

Cinco cosas que hacer en Rotterdam

Sumérgete en el Depot

La ya de por sí innovadora arquitectura de Rotterdam se ha visto reforzada con la inauguración del Depot Boijmans Van Beuningen en 2021. Como su nombre indica, no es exactamente un museo. En realidad, es un depósito para el museo contiguo (que está en obras y no reabrirá hasta 2026) y el primero de su clase en el mundo abierto al público.

Pase junto a grupos de turistas vestidos con chaquetas blancas de laboratorio mientras se asoma a zonas de almacenamiento con todo tipo de objetos, desde retratos del siglo XVII hasta esculturas abstractas de arte moderno apiladas hasta el techo más cercano. En el momento de escribir estas líneas, una de las tres Torres de Babel de Pieter Bruegel el Viejo y la colosal Bunkhouse de McCarthy son algunas de las piezas que encontrará en las galerías.

Absorber la arquitectura

El Depot es sólo un ejemplo de la ambiciosa e icónica arquitectura de Rotterdam. Decenas de miles de personas entran cada día en la ciudad por las puertas de su elegante Estación Central. Visitantes y lugareños acuden por igual al Markthal, donde el techo atrae tanto como la propia comida. Está a tiro de piedra de las Kubuswoningen, en las que siguen viviendo sus firmes residentes a pesar de tener una distribución digna de una casa de atracciones del siglo XXIII. Puedes echar un vistazo por ti mismo en una casa convertida en museo.

La ciudad quedó prácticamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial, pero algunos de sus edificios clásicos sobrevivieron. La Grote de Sint-Laurenskerk sufrió graves daños, pero un esfuerzo de restauración de casi dos décadas devolvió a la iglesia su antiguo esplendor. La torre de 64 metros data del siglo XVII y se puede subir a ella con guía entre marzo y octubre. El histórico barrio de Delfshaven es otra puerta de entrada a la historia de Rotterdam.

Arte gratuito a pie de calle

No hace falta ir a una galería o a un museo para ver arte en Rotterdam. Las calles están repletas de él. Encontrará esculturas humorísticas como Armour en lugares aleatorios o, en el caso de Cascade, junto a los principales cruces. Grandes murales y otras muestras cubren las paredes de muchos edificios y muestran al personaje de John Travolta de Pulp Fiction, la cita de Andy Warhol “15 minutos de fama” y langostas de dibujos animados.

Rewriters Rotterdam es un sitio web con una aplicación interactiva que ofrece mapas e información. Es un buen punto de partida para descubrir éste y otros ejemplos de arte callejero repartidos por toda la ciudad.

Visita uno de los barrios de moda

Buscas galerías de moda, restaurantes, cafeterías, tiendas y mucho más en uno de los barrios de Rotterdam. Hay uno que se llama, literalmente, Cool. Bueno, al menos ése es su apodo. Debe su nombre a la Coolsingel, una de las principales arterias de la ciudad.

Dirígete a las calles laterales, donde encontrarás desde el teatro Oude Luxor hasta Donner Boekhandel, una de las mayores librerías del país. Kop van Zuid es un destino popular, especialmente durante los meses de verano. A muchos visitantes les gusta contemplar la llegada a puerto de gigantescos cruceros desde la terraza exterior del Hotel New York.

El cercano Nederlands Fotomuseum o el cine LantarenVenster son buenos lugares para un día lluvioso.

De Witte de Withstraat es otra zona popular con multitud de cafés de moda, galerías, boutiques y mucho más.

Si va con niños

¿Le acompaña algún pequeñín? Seguro que prefieren el zoo de Rotterdam a una cafetería de moda o una galería de arte. Es uno de los más antiguos y grandes del país, y se puede pasar fácilmente un día entero visitando más de 180 especies de todo el mundo. El zoo también cuenta con un acuario y un jardín botánico.

Miniworld Rotterdam es sin duda un éxito entre los menores de 7 años. El “día” medio en esta versión diminuta de la ciudad dura sólo 24 minutos y las noches simuladas presentan miles de lucecitas. Contemple cómo giran las velas de los molinos de viento en una recreación del parque de molinos de Kinderdijk, mientras los trenes recorren las vías y los vehículos de carga introducen mercancías en el puerto.

Si el tiempo acompaña, el auténtico Kinderdijk se encuentra a las afueras de Rotterdam y merece la pena visitarlo.

¿Dónde comer en Rotterdam?

Rotterdam cuenta con una variada oferta culinaria que supone un grato respiro frente a la monotonía de otros lugares del país. Una visita al Foodhallen, mencionado anteriormente, debería considerarse un requisito indispensable si se quiere abarcar todo lo posible sin desviarse demasiado del camino.

Yellow River es una excelente cafetería de fideos con variedades tiradas a mano, pero prepárate para una espera de al menos 15 minutos y una feroz competencia por las mesas que el personal limpia a los pocos segundos de que se vayan los demás comensales. La cola suele llegar hasta la puerta los fines de semana.

Si busca un pequeño café para cenar, pruebe La Bandera y su menú de platos dominicanos. Los cafés con el nombre escrito EN MAYÚSCULAS parecen estar de moda en Rotterdam. Dirígete a MAAS por su menú principalmente latino y cajún, aunque también hay hamburguesas para los más exigentes. KITE es una cafetería de moda especializada en comida afgana.

BUN es un lugar estupendo para almorzar que fácilmente podría crear una franquicia por toda Holanda, pero los tiempos de espera a veces son brutales. Sin embargo, sus sándwiches son sin duda deliciosos y merecen la pena.

Si eres de los que valoran el ambiente tanto como lo que comes, viaja en el tiempo hasta la Era del Jazz en Sijf. El grupo de hostelería Misset Horeca lo eligió como el mejor café de Holanda ya en 2019. Lilith Coffee es otro lugar popular. Su menú de desayuno podría calificarse fácilmente como de brunch. Prueba el okonomiyaki o las tortitas de pandan y, si te sientes especialmente valiente, báñalas con un cortado, un flat white, una mimosa o las tres cosas.

Hay muchas otras cafeterías estupendas en Rotterdam. The Giraffe Coffee Bar, UEB WEST, Amanda Coffee y Harvest son sólo cuatro de ellas. Para el postre (o más café), no busques más allá de Round & Round. Es una cafetería y pastelería bonita, acogedora y multicultural con un salón de té que abrió hace poco al lado.

¿Dónde alojarse en Rotterdam?

¡Alégrense los aficionados al café! Rotterdam acogerá pronto el primer hotel cafetero del mundo. Es el sueño de la tostadora local Man Met Bril. Por desgracia, no abrirá sus puertas hasta el verano de 2023 (pero hasta entonces puedes probar su Hotel Blend especial).

Reserva ya una noche o dos o tres en Hotel Not Hotel, sobre todo si te gustan los alojamientos extraños. Sus habitaciones tienen nombres como “La piscina vertical” y dos de ellas parecen relojes de cuco. En el extremo opuesto se encuentra el histórico Hotel New York. Lleva más de un siglo siendo un oasis para los viajeros intercontinentales que salen o llegan a la cercana terminal de cruceros.

El Mainport Design Hotel ofrece un alojamiento más moderno, de cinco estrellas. La cadena CitizenM tiene un establecimiento en el barrio Oude Haven de Rotterdam. Si crees que puedes soportar la experiencia, en Kubuswoningen hay un albergue que merece la pena visitar.

¿Cómo llegar a Rotterdam?

Muchos visitantes se dirigen a Rotterdam con los trenes de la NS y terminan en su estación central. Desde el centro de Ámsterdam se tarda unos 90 minutos en coche, dependiendo del estado del tráfico en las carreteras A4 y A13.

¿Algo más?

Rotterdam ha sido un hervidero de músicos de jazz, tanto holandeses como del resto del mundo, al menos desde los años veinte. Todavía hoy alberga varios clubes de jazz, así como el Festival de Jazz del Mar del Norte, que se celebra anualmente en julio. Los escenarios de esta serie de conciertos de fin de semana atraen a bandas de swing y a cabezas de cartel del mundo del hip-hop, el pop y otros géneros.

Este artículo fue publicado el 5 de enero de 2023 por Brandon Hartley en el periódico digital Dutchnews, y amablemente nos han permitido publicarlo en nuestra página.

Si quieres ver un video sobre Rotterdam hecho por la Televisión Andaluza del programa Andaluces por el Mundo, explicando un poco cómo es la vida aquí, haz clic en este enlace.

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